No era extraño que Jorge Luis Borges introdujera en sus textos, como quien no quiera la cosa, todo tipo de cuestiones relacionadas a la filosofía de la religión. Y no hablamos solamente de ensayos y artículos literarios, sino también de sus obras de ficción.
Entre sus cuentos destaca por estas razones el titulado Tres Versiones de Judas. Dejaré que el lector busque y disfrute el cuento del puño y letra de su autor original (el relato en sí tiene sólo seis páginas y estoy seguro de que se encuentra fácilmente en Internet). Sin embargo, para efectos de este blog me permito adelantar la siguiente pregunta:
¿Representa la traición de Judas en realidad un sacrificio?
Nos dice Borges que el Verbo al hacerse carne, "pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia", y por ende de la vida a la muerte. Para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno.
Así, para que se cumpliera la profecía y la palabra de Dios, Judas decidió hacer el máximo sacrificio: traicionar a su maestro y pasar como un alma indigna a la historia.
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